martes, 6 de agosto de 2013

Casi 350 días raros.


Algunos de los mejores regalos -que  pueden no serlo para otros pareceres- acaban rotos y  desdeñados... Una pena.

Días raros = principio y fin.




Ábrelo, ábrelo despacio.
Di, ¿qué ves?. Dime, ¿qué ves? ... Si hay algo;
un manantial breve y fugaz entre las manos.

Toca afinar, definir de un trazo.
Sintonizar, reagrupar pedazos
en mi colección de medallas y de arañazos.

Ya está aquí.
¿Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador?
¿Quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos?

Aún quedan vicios por perfeccionar en los días raros,
los destaparemos en la intimidad con la punta del zapato.

Ya está aquí.
¿Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador?
¿Quién iba a decir que sin borrón no hay trato?

El futuro se vistió con el traje nuevo del emperador.
¿Quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos ..?

Nos quedan muchos más regalos por abrir,
monedas que al girar descubran un perfil.
Ya empieza el celofán y acaba en eco.

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