lunes, 24 de diciembre de 2012

ANTONIO VEGA - TUVE QUE CORRER



Tuve que correr
cuando la vida dijo: ve!
No hubo manera de pararme.
Correr que fue volar.
Beber de un solo trago todo el mar.
Y no sació mi sed el agua.
Tomé el sendero sin saber
que me alejaba para no volver.
Dulce como miel,
probar el roce de su piel.
Ella en el suelo, yo en el aire.
Dulce pero cruel,
llenó mi mundo de papel.
Jamás pensé que llegaría a helarme.
Que perdería el calor
y con el tiempo la razón.
En el camino tropecé
con esa piedra desde la que arranqué.
Tomé el sendero sin saber
que me alejaba para no volver.
En el camino encontré
lo que jamás pensé tener.
Tuve que correr
cuando en el viento pude oir
que igual que vine habría de marcharme,
que como vine habría de marcharme.

1 comentario:

  1. Correr demasiado te impide analizar la situación con la debida medida. Que nunca tengan tiempo para ti es una señal inequívoca de que estás poniendo demasiado empeño en quien ni lo pide ni lo merece.

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