lunes, 10 de mayo de 2010

De por qué salir... III

Seguro que coincides conmigo en que, en algunos aspectos, el mundo que nos rodea resulta más o menos agradable de acuerdo con el estado de ánimo de quien lo observa. La endorfina, Ana, es el principal motivo por el que salgo a correr al aire libre. Esta hormona de la felicidad es la culpable de que corra más que ande, sin menospreciar lo segundo (me encanta pasear). Pero este analgésico natural que se desborda cuando se practica algún deporte de fondo, es una especie de filtro que otorga un brillo especial a cosas que en circunstancias normales no nos llamarían la atención. Es puro entusiasmo, supongo que podría definirlo así.

Y ahora me dirás que salir a correr no es ni la única ni la mejor forma de disfrutar de las gracias de esta sustancia química. Y no, no lo es, de acuerdo, pero engancha.

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