Me habían contado delicias sobre este Hotel. «¡Tienes que ir, te va a encantar!». Pero no esperaba encontrar semejante compendio de buen gusto, arte, música, historia y cultura con letras mayúsculas. Una Utopía -nunca mejor dicho- hecha realidad, eso es este inefable lugar. “Utopía” se contiene en un peculiar entramado de casas (dieciséis habitaciones) que se distribuyen entorno a jardines y patios a distintas alturas; siendo este pintoresco caos arquitectónico el continente, el contenido es igualmente difícil de concretar en unos pocos conceptos; porque este lugar trasciende la idea de hotel, de restaurante, de cabaret o café-teatro, para devenir en máquina del tiempo que teletransporta al visitante a los años treinta. Este museo de arte y espacio cultural, con un café–teatro por corazón, consiguió llevarme a la París de vanguardias, nada más poner un pie dentro.
La primera pregunta que me hice al llegar fue a quién demonios se le había ocurrido montar tan impresionante espacio cultural en un pequeño pueblo de Cádiz, Benalup – Casas Viejas.
Tras
las bambalinas, indagando entre tantísima información que ofrece el
propio local, que se me antoja museo, descubrimos al leonés Miguel
Ángel Fernández Martínez, un licenciado en Ciencias Políticas y
Periodismo que, antes de tirar para Andalucía, había trabajado para
la Cadena Ser, como Redactor Jefe de la Gaceta del Arte y como
productor; además de ser aficionado anticuario, amante de la
cultura y mecenas del arte, artífice —junto a otros dos colegas—
de la madrileña galería Multitud (1974-1978), que nace con el
espíritu de recuperar la memoria artística perdida de la España de
la República y de posguerra.
En
el año 2006, con tan rico bagaje, Miguel Ángel aterriza en Benalup,
y se monta este particular paraíso:
Tras
el portalón de la entrada principal, una galería —acervo cultural
de las tres primeras décadas del siguo XX que se despliega
visualmente en paredes, recovecos y cobachas— lleva al visitante al
corazón del establecimiento, la sala de ceremonias, la conocida como
Fonda o el café-teatro, bar-restaurante del Hotel. Un
salón exquisitamente decorado, en torno a los veladores y mesas
desde donde los comensales, además de degustar especialidades
gastronómicas reseñadas en la guía Michelín, pueden disfrutar de
cada espectáculo que se ofrece en el escenario que preside la
estancia. Las oscuras pareces aparecen cuajadas de cuadros y
fotografías de los más grandes artistas de las vanguardias: Frida,
Toulouse-Lautrec, Leger…, un retrato del mito del jazz Glenn
Miller, da paso al escenario. Las columnas vestidas de Egon Schiele,
Picasso, Matisse, Dalí… son auténticas joyas. Todo tipo de
cartelería de la época, cine, teatro, espectáculos de varidades…
Art Decó, mobiliario vintage, objetos
de coleccionista
como una réplica del piano de Federico García Lorca, gramófonos o
la vajilla que se usaba en el Queen Mary, siguen el hilo conductor
que define el espíritu de “Utopía”. Por último, la perfecta
iluminación y ambientación de la sala… Un discurso, en definitiva
absolutamente delicioso y coherente.
Envueltos
por ese ambiente íntimo y cercano, cenamos en la mesa contigua a la
del “Canijo de Jerez” y su banda, protagonistas de la noche tras
la cena.
Mikel
Erentxun, Zahara, Toni Zenet, Pablo Carbonell, Wyoming, Javier
Ruibal, David de María o El Canijo de Jerez, entre otros, han pasado
por su escenario en repetidas ocasiones. Porque, como todos dicen, el
que pisa este lugar repite.
Cocineros
de la talla de José Andrés, amigo personal de Miguel Angel
Fernández, Ferran Adriá y Juan Mari Arzak, se han sentado a
degustar su oferta gastronómica.
Después
del concierto, las copas o lo que se tercie, hay que quedarse a
dormir en una de sus 16 habitaciones temáticas y únicas. Dieciséis
veces hay que ir. Avisados estáis. Porque cada habitación es una
obra de arte en sí misma, con
personalidad propia y plagada de detalles que trasportan a otra
época. Responden al nombre de “La
República”, “Art Déco”, “Poeta” (Generación del
29),”Tánger”, “Jazz”,
“Tango”… “Vanguardia” era la nuestra: Una maravilla
inspirada en eso, las vanguardias artísticas. La decoración
(fotografías de Man Ray a Picasso, Dalí… adornando paredes, y
libros e ilustraciones de arte reposando sobre las mesillas), el
mobiliario, lámparas, biombos, alfombras, son réplicas o recuerdan
a los trabajos de la Bauhaus alemana de los años 20 y 30. Todo es un
puro detalle.
Manteniendo
el espíritu de su creador, fallecido hace poco más de un año, la
cadena Crea Hoteles se ha hecho cargo de la gestión del hotel
Utopía.
“Utopía”
es una nave, una máquina del tiempo que nos regala un viaje a esos
años, ricos en cultura, en innovación y vanguardias… Un auténtico
espectáculo para los sentidos que sobrepasa conceptos, que va más
allá y trasciende a Lugar
de Culto.
Gracias
Paco Gil Mora, por este preciosísimo regalo.
Inolvidable.
Con
amor,
María
José Gil Lozano
https://www.hotelutopiacadiz.com/
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