SOLEDAD
Acrílico sobre tabla 60x90
Febrero 2016 |
jueves, 11 de febrero de 2016
Para mí ha sido un placer condensar la Semana Santa de mi pueblo en
una imagen. Y no he dudado en ponerle la cara más bonita, entrañable y, a la vez, la más sublime de todas. Rota en lágrimas, sumida en la más
oscura de las penas, solo iluminada por la tenue y vibrante luz a sus
pies sobre el trono, nuestra conocida como "Virgen de los Dolores" es
procesionada, consolada y mecida por sus fieles al son de una rasgada saeta. Un
enfoque con el que he pretendido enfatizar el dramatismo del momento más
triste: el del dolor y el sufrimiento de una madre -cualquier madre-
que se enfrente impotente a la antinatura pérdida de un hijo.
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