La guitarra flamenenca de Daniel Casares, seguida y arropada por la orquesta filarmónica de Málaga, dirigida por José Miguel Évora, hacen sonar -y de qué manera- "La luna de Alejandra", última composición del artista esteponero. Una hora y media de duende, donde el nervio, el genio, la pasión, el compas y el "quejío" flamenco se entremezclan con suaves melodías que mecen y acarician el alma.
Aunque lo vimos en la caja de música del Teatro Cervantes, solo he encontrado una grabación del estreno en el Castillo de Gibralfaro.
Llora París nos emocionó a todos.
Un regalo precioso;)
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