Además de bonito, además de original por el efecto que producen los estratos bien diferenciados, y además de lo sencillo que resulta de elaborar, este postre está estratosféricamente delicioso, de ahí el nombre que se me antoja ponerle.
Ingredientes: (para cuatro vasitos pequeños tipo vino)
Fresas, frambuesas, grosellas...
Gelatina de fresa o frambuesa.
1 Yogurt natural
azucarado (el de azúcar de caña del Lidl, mi preferido).
1 tarrina de queso Mascarpone de 500gr.
Cuatro o cinco cucharadas grades de azúcar glass.
5 galletas (las "Digestive" me gustan).
Empezamos con la gelatina, siguiendo las indicaciones del paquete. La vertemos en la base (menos cantidad de la que aparece en la foto, me pasé) y a dejar que cuaje durante un ratito en el frigorífico.
Mientras tanto, trituramos las galletas, a mano o a máquina. (Meterlas en una bolsa y golpearlas hasta desmoronarlas dejando algunos trocitos, basta). Troceamos -o no- la fruta y preparamos la crema.
Al queso Mascarpone, en un bol, le añadimos el yogurt y el azúcar glass, removiendo suavemente con lo que tengamos a mano, si es una varilla, mejor;). Un minutillo y listo.
Pues bien... Sobre la gelatina, no excesivamente cuajada, vertemos una capa (mejor
irregular) de galleta. Sobre ésta, un poco de fruta; cubrimos todo con la deliciosa crema de queso y, por último, decoramos con alguna pieza de fruta y menta.
Rico no, lo siguente;)
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