Para desorientados / "desnortados".
Del italiano bussola, del latín buxis -en referencia a la caja que la contenía y protegía-, he aquí la BRÚJULA (me encanta cómo suena esta palabra), un básico instrumento de orientación.
¿Quién no la ha necesitado alguna vez?
Yo debería tatuármela.
Una aguja imantada gira sobre un eje en su constante búsqueda del norte magnético.
La flor de lis marca el norte |
La primera referencia escrita de su uso -por la civilización china- data del s.XI, aunque en sus propias leyendas se atribuyen su invención mucho antes, allá por el segundo milenio a.c.
Más tarde apareció la ROSA DE LOS VIENTOS,
un disco que tiene marcados alrededor los rumbos en que se divide la circunferencia del horizonte, y que fue la brújula marina que se utilizó hasta finales del
siglo XIX.
Fueron los italianos, probablemente los navegantes venecianos, quienes la trajeron a nuestro Viejo Continente.
Fueron los italianos, probablemente los navegantes venecianos, quienes la trajeron a nuestro Viejo Continente.
Uno de esos instrumentos tan útiles como bellos y cargados de connotaciones románticas, aventureras, épicas y legendarias.
Pensando en desorientados, en mares y en ventoleras, he llegado hasta aquí.
CUANDO EL MAR TE TENGA
Vuela al viento espuma del mar,
vuela al viento y vuélvelo a volar.
Mezcla el mundo, ruge mistral,
mezcla el mundo y mézclanos con él.
Ahórrate esas palabras de amor
que nadie va a comprender,
ni tan sólo yo.
Si lo que vas a decir
no es más bello que el silencio,
no lo vayas a decir.
Que hable el mundo y calle el hombre,
calle el hombre y vuélvase a callar:
Mezcla el mundo, ruge mistral;
mezcla el mundo y mézclanos con él.
Ruge mistral, vuélvenos locos de atar
y con tu antiguo furor
llévate a aquel que ose hablar.
Mientras todos duerman te amaré.
Cuando todos hablen huiré.
Lejos, muy lejos, en silencio.
Lejos, muy lejos, en silencio.
Cuando el bosque te hable te hablaré;
cuando el mar te tenga te tendré.
Murmullo de una oración
minúscula y dulce;
murmullo de tu respiración
al despertar.
Ruge mistral, medio dios;
llevaté el mundo de aquí,
peina la espuma del mar
y llévanos muy lejos, muy lejos.
De El último de la Fila.
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